SIN PENA NI GLORIA
Para los representativos sudamericanos el Mundial de Rusia llegó a su fin. Todos sin excepción se van sin pena ni gloria.
Brasil, Uruguay, Argentina, Colombia y Perú llegaron con ciertos promedios mejorados en su preparación previa al Mundial, y en base a ello se les auguraban posibilidades de éxito.
De todos ellos, a Brasil se le otorgó la mejor opción: ir por el título a Rusia. Pero la verdad fue otra. Hemos quedado al margen de todo, diga lo que se diga.
Lo curioso en todo este menjunje es que los equipos sudamericanos, en el orden que clasificaron al Mundial, cual si fuera un calco, en el mismo orden fueron eliminados. Y junto a ellos, los apuntes de muchos “analistas especializados” rodaron sin ton ni son.
Basta con dar un ligero vistazo para corroborar lo dicho.
Perú (5to.) y que llegó vía repechaje con Nueva Zelandia, fue el primero en hacer maletas para regresar. Luego en octavos le siguieron Colombia y Argentina (4to. y 3ero. en las eliminatorias). Y ahora finalmente en cuartos de final hicieron lo propio Brasil y Uruguay.
A los cinco mejores de Sudamérica ahora les queda situarse en balcón, ver y aplaudir a los mejores de esta cita que ya ingresa a su recta final. Y de paso, tomar nota de los errores cometidos si quieren corregirse y mejorar para otra vez.
El fútbol peruano tampoco fue la excepción. Se volvió a un Mundial después de 36 años. Se recuperó el juego de antaño, pero con aires de modernidad. Nos ilusionamos. Su juego gustó pero adoleció de otros factores que consagran a los triunfadores. Encontrar y cultivar ese camino, hoy es el nuevo reto. Por lo menos, así lo veo yo. En cambio, afirmar lo contrario sería intentar tapar el sol con un dedo. Así es el fútbol.