EL NUEVO CATENACCIO
El torneo de la UEFA Champions League es un libro abierto a los progresos en el fútbol de competición. Ya no solo es arte y habilidad. Dinámica de lo impensado para quebrar esquemas. Hoy como el ajedrez da paso a la ciencia. El alto nivel así lo exige. Tener una excelente preparación física y técnica en lo individual y colectivo es fundamental. Están enmarcados en el denominado fútbol total. Y claro, sirven para lograr triunfos. Pero no lo es todo. Hoy se necesita combinar lo anterior con variantes en estrategias y sistemas de juego muy claros, actualizados y mejorados.
Lo hemos visto, principalmente, a partir de octavos de final que empezó el 14 de febrero del presente año. Y lo seguiremos observando, qué duda cabe, en semifinales cuando el Real Madrid y el Atlético Madrid se enfrenten el 2 de mayo y un día después lo hagan el Mónaco con el Juventus, en los partidos de ida por la ronda semifinal.
AJEDREZ Y CIENCIA
En la década del 70, el legendario Bobby Fischer en el ajedrez mundial fue un verdadero portento. Armonizó lo viejo y lo nuevo con sabiduría de otro planeta. Algo parecido con lo que tratamos de explicar. El norteamericano amo y señor de los 64 escaques, tumbó uno a uno a lo que parecía una red invencible de ases soviéticos. Solito contra el mundo. Así llegó a la gran final contra el ruso Boris Spaski. Y no lo solo lo derrotó. Lo humilló con un descomunal juego que en su primera partida lo sacó de todo cálculo.
Esa vez, 1972, Fisher planteó la variante de Alekhine, una vieja apertura en desuso. Pero el genio de Fischer lo actualizó, lo repotenció y lo hizo inalcanzable para Spasky, que cayó ruidosamente.
MASSIMILIANO ALLEGRI
Volviendo al fútbol, en la última curva de la Champions League, el Juventus de Italia, dirigido por Massimiliano Allegri, es la gran carta sorpresiva para ganar este torneo. Y si conquista el cetro, será portando al histórico sistema de juego, el “catenaccio” como su letal arma triunfal.
Es al balompié italiano a quienes se atribuye este afamado sistema defensivo conocido como “cerrojo”, donde literalmente muere todo intento de ataque rival. Cuando se le formuló allá por los años 30, el fútbol tenía otras reglas, convirtiendo ese modelo en un juego soso, aburrido.
Pero hoy, el Juventus plantea esta estrategia obligando a su equipo acertar un orden defensivo como si fuese un reloj. Utiliza una última línea defensiva de cinco. Luego agrega una segunda línea más flexible de cuatro cada vez que haya que recuperar el balón. Porque una vez que logra su función pasa a un contra-ataque rápido, con un manejo preciso del balón buscando la profundidad y penetración, en pos del gol.
CERROJO MODERNO
La actualización y modernización del “catenaccio” o “cerrojo” del Juventus lo muestran como un cuadro de mucha dinámica. Su estrategia defensiva es su mejor escudo de ataque, aunque parezca un contra sentido. Es ser más peligroso en ataque al momento en que se defiende.
Debo señalar que en mis proyecciones de quienes podían llegar a las finales solo quedan en carrera los españoles Real Madrid de Zinedine Zidane; y, el Atlético Madrid de Diego Simeone. Aposté en mi comentario de aquella oportunidad (13 de febrero 2017), que la riqueza de futbolistas “super stars” y de ostentar un plantel muy fuerte y parejo en todas sus líneas, el equipo de Zidane era un favorito. Del Atlético Madrid, y su técnico Diego Simeone, lo di como segunda opción.
Debo reconocer que hasta entonces no le presté toda mi atención al Juventus de Turín. Esa fecha lo situé en tercera fila. Ahora todo es distinto para los pupilos de Massimiliano Allegri.
Finalmente, ¿Juventus será capaz de ganar la Champions League? Seguro que puede hacerlo, siempre y cuando no se reformule otro antídoto a este sistema, enarbolado por el que en semifinales: Mónaco, deba enfrentar y superar primero; y luego, si quiere llegar a la final medirse frente al ganador del Real Madrid con Atlético Madrid. Es la magia y encanto del fútbol.
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