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A la derecha, Marco Van Basten y Ruud Gullit, campeones con Holanda de la Eurocopa '88. Ya Holanda era exponente de un estilo de juego: el fútbol total.

FÚTBOL TOTAL
El fútbol se hace con la cabeza y sólo se usan los pies. Manda la cabeza. Es una de las frases más severas que en vida acuñó el célebre Johan Cruyff. A su vez, el más famoso exponente de la filosofía conocida como fútbol total, creado y desarrollado por Rinus Michels.
Mozalbete aún, recuerdo aquellos tres partidos que vi en las transmisiones en directo que en pantalla gigante hizo Panamericana TV en el Coliseo Amauta. Holanda desapareció con un juego vistoso, cruel y demoledor, primero a Uruguay (2-0), luego a Argentina (4-0) y finalmente a Brasil (2-0) en el Mundial de Alemania ’74. Si hasta parecían de otro planeta.
A esa selección también se le llamó La Naranja Mecánica, por el color de su uniforme y en alusión a la afamada película del mismo nombre, que rompió esquemas de contenido cinematográficos a comienzos del ’71, justo cuando Holanda diseñó una nueva expresión de juego.
Por tanto, el balompié moderno con relación al pasado, Holanda marcó un antes y un después con lo mostrado y exhibido en toda su plenitud en el Mundial de Alemania ’74, donde fue subcampeón. Así lo juzgo yo.
De esa vez a hoy, han pasado 42 años. Y si bien los holandeses jamás han sido campeones en mundiales de fútbol, sin embargo se elevaron a protagonistas estelares, a la par de convertirse en modelos a seguir.
César Luis Menotti, después del Mundial del ‘90, sin Cruyff desde el ’74 y ya con otro plantel dijo que Holanda como todo equipo podía perder y hasta ser eliminados de un torneo, pero su jerarquía siempre se mantenía en alto, porque simboliza la mejor expresión de un accionar compacto en todas sus líneas, con igual eficacia en defensa y ataque.
Menotti sostuvo lo antedicho porque la mayoría de equipos a diferencia de Holanda, camuflan sus vacíos encomendando sus posibilidades a todo lo que puedan librar sus mejores individualidades. Y eso no representa ningún trabajo de campo en lo práctico ni en lo teórico.
Johan Cruyff proclamado como el mejor futbolista europeo del siglo pasado, tal vez no tuvo las excepcionales cualidades de un Pelé, Maradona o el Messi de hoy. En cambio hizo gala de un despliegue físico único cual sabio conductor de campo, prodigando técnica, liderazgo y goles.
Ese tipo de accionar es el que hoy, los mejores equipos del mundo, primero buscan copiar, luego imitar y finalmente superar. La tarea no es fácil, pero es lo que plantea la necesidad de un fútbol moderno, para ser competente y ganador.
En tanto, en nuestro medio aún continúan vigentes viejos vicios y hábitos envueltos en frases: “el fútbol de mi época era brillante, el de hoy es una lata”. Y eso, a lo único que sirve es para darle cabida a quienes se valen de este deporte para servirse y enriquecerse de la forma más ruin. Una muestra es la mediocridad en la que se desenvuelven los torneos locales.
Finalmente, si queremos crecer, hay que mirarse en el espejo del fútbol total. Y aplicarlo a todo nivel. Estoy seguro es el mejor camino para levantar cabeza. Hasta la próxima.